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sábado, 1 de octubre de 2016

Casa de los Coroneles

Los artistas Paco Rossique y Margo Delgado exponen en la Casa de los Coroneles

Presentan en las salas de este espacio, en Fuerteventura, sus series Palimpsestos y Poética del espacio, respectivamente, desde el viernes 30 de septiembre al 19 de noviembre 

La Casa de los Coroneles, cuando celebra el décimo aniversario de su reapertura como espacio para uso cultural, en el municipio de La Oliva, acogerá a partir de mañana, viernes 30, dos nuevas exposiciones a cargo de los artistas Paco Rossique y Margo Delgado, que se podrán visitar hasta el  19 de noviembre. Sus series llevan por título Palimpsestos y Poética del espacio, respectivamente. Una vez más el Gobierno, a través de su área de Cultura, promueve la exhibición de obra de artistas de las islas, en un espacio emblemático del patrimonio cultural, refrencia en las rutas turísticas de Fuerteventura.

Rossique, artista visual y sonoro, con una trayectoria de más de veinticinco años, cuyo trabajo comprende obra pictórica, murales, piezas de arte sonoro, esculturas, obra gráfica, artículos para revistas, libros de artista, ilustración de prensa y comisariado de exposiciones, tiene como uno de los elementos fundamentales de su trabajo el humor, ese humor algo refinado, aquel que no suele provocar carcajadas.
No es imposible -pero resulta enriquecedor-, apreciar las pinturas de Rossique unidas a sus títulos. Y ello porque los títulos no tratan de explicar cada obra, al menos en el sentido más habitual del término, pero guardan una relación que de cuando en cuando parece más evidente, como para indicarnos que sí, que sigamos buscando.
El conjunto se llama Palimpsestos y eso debe significar algo. Rossique ha recordado que los palimpsestos vienen de escribir sobre y entre líneas para aprovechar papiros o pergaminos, una práctica común en la Edad Media. En esta exposición tiene un aspecto metafórico. Lo importante no es siquiera si Rossique ha usado antiguos papeles para pintar, sino si ha pintado sobre algo inmaterial, sobre imágenes antes imaginadas, reescritas sobre nuestra memoria, piezas que indican que, sobre ese tenue pero seguro soporte del humor, podemos seguir lo que vemos, esas pinturas, con libertad para imaginar sobre ellas, aportando nuestras medidas y pesos corporales, nuestro conocimiento, nuestras experiencias.
La música es importante, aunque solo fuera porque marca un tiempo, algo que los cuadros no hacen, pero sí el recorrido ante ellos. Ambos elementos, el visual y el sonoro, funcionan de manera independiente, como independiente es cada cuadro en el conjunto. Pero algo impulsa a sentir que la reunión de todo ello en una exposición es la que la convierte en algo más que una sucesión de imágenes y de sonidos.